Apenas te he dejado,
vas en mí, cristalina
o temblorosa,
o inquieta, herida por mí mismo
o colmada de amor,
como cuando tus ojos
se cierran sobre el don de la vida
que sin cesar te entrego.
Amor mío,
nos hemos encontrado sedientos
y nos hemos bebido toda el agua y la sangre,
nos encontramos con hambre
y nos mordimos como el fuego muerde,
dejándonos heridas.
Pero espérame,
guárdame tu dulzura.
Yo te daré también una rosa.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentario:
yo, no sé qué decirte, esos versos lo dicen todo. decirte que soy un fanático de neruda y por tanto te quito este cero, este infinito vacío para que te sea más leve la ausencia
un abrazo
Publicar un comentario